RESONANCIA SOCIAL

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La cuestión de la resonancia, que surgió en el siglo XVII, es tan antigua como la de la comunicación: centrada en la escucha y el oído, difiere de la comunicación, que se centra en el lenguaje y el habla. Tanto la resonancia como la comunicación remiten a la cuestión de la autoformación y la educación.». Las cuestiones de resonancia y comunicación también tienen que ver con el espacio público democrático y la organización de sus mediaciones: sus medios y tecnologías. Multiplicada o, por el contrario, debilitada por estas mediaciones, la resonancia del espacio público puede marchitarse hasta el punto de la «mudez del mundo» (Rosa).La resonancia permite así señalar las formas contemporáneas de alienación al tiempo que contempla una relación con el mundo (y con la naturaleza) significante y sensible, inseparable de la formación de sujetos sociales «realizados» como miembros activos de una comunidad política.

La historiografía pone entre comillas la palabra “independiente” porque el uso para la época es bastante equívoco, ya que en algunos casos, refieren los actores de la época, a un grado de autonomía dentro del paraguas de la monarquía. Es distinto a como nosotros entendimos posteriormente la independencia, como una ruptura total. Por otro lado, si uno mira las cronologías de las declaraciones de la independencia uno observa que en los casos de las insurgencias donde se crearon las primeras juntas hay regiones que declararon la independencia más rápidamente. En el caso del Río de la Plata con sede en Buenos Aires, la declaración de la independencia va a ser tardía. Esto en gran parte es porque todas las élites y las nuevas dirigencias que nacen con la revolución están muy atentas al tablero internacional porque todo esto había que defenderlo a través de la guerra. Y están pendientes de qué va a ocurrir en España con la guerra con Napoleón y el proceso constituyente, en el que el propio territorio español toma la iniciativa de convocar a cortes incluyendo a los americanos. El Río de la Plata, al igual que Venezuela y Nueva Granada no aceptan mandar diputados a esta asamblea constituyente. Pero el resto de las jurisdicciones hispanoamericanas, las más pobladas, las más importantes, como Nueva España, México, Perú y otras mandan sus diputados. Hay cronologías que nos muestran vías más radicales, donde se pasa de la autonomía a la independencia más rápidamente y otras como el Río de la Plata que están más expectantes. Esto ocurre porque en 1810 y 1811 había algunos sectores más radicalizados, primero Moreno, después Monteagudo, sectores propulsando una independencia, pero eran minoritarios. Los que ganan la pulseada son también revolucionarios, pero más moderados en el sentido de esperar los pasos del tablero europeo para tomar ciertas decisiones. Porque se iban a tener que defender a través de las armas, entonces era urgente conformar ejército.

¿Sin 25 de Mayo hubiese habido Argentina?

La Argentina es otro cantar. Sin una declaración de la independencia como la del 9 de Julio no hubiese habido una comunidad soberana. El acta del 25 de Mayo rinde fidelidad al rey Fernando VII en nombre de el virreynato del Río de la Plata. Contrariamente, en 1816, el acta habla en nombre de las Provincias Unidas de Sudamérica. Por supuesto que la idea de una Argentina tal como la conocemos hoy se conformó varias décadas después, cuando el proceso de unificación a nivel constitucional se consagra en 1862 con la unificación definitiva de Buenos Aires y la Confederación, las alternativas que en esas décadas vamos viendo son muy disímiles: primero ciudades, luego provincias a partir de 1820 que son soberanas e independientes. Entonces, hay que hacer todo el recorrido y no creer que el 25 de Mayo está motorizado por una idea de conciencia nacional argentina preexistente. Esta fue la visión que de Mitre en adelante se quiso crear. La construcción del estado nacional que recién comenzaba con la presidencia de Mitre en 1862 requería anclar y legitimarse en un pasado. Entonces la revolución se colocó en un punto de origen heroico de una nación que todavía no existía.